“A la rapiña, el asesinato y el robo los llaman por mal nombre gobernar y donde crean un desierto, lo llaman paz”. Tácito. Dentro de la flora y fauna política potosina, el Congreso ofrece una variedad sensacional...

“A la rapiña, el asesinato y el robo los llaman por mal nombre gobernar y donde crean un desierto, lo llaman paz”.

Tácito.

Dentro de la flora y fauna política potosina, el Congreso ofrece una variedad sensacional, hay dinosaurios convertidos en seres con conciencia, flores azules devenidas a engendros plumíferos, tucanes carnívoros insaciables, gorilas simpaticones de cabecita loca, cachorros de lobo cándido y un sinfín de seres únicos y ojalá irrepetibles (la reelección será la báscula mayor).

Dentro de este muestrario infame de “zoon politikons”, hay dos especies que se han convertido en aves de todas las tempestades, el Buitre Cedralense (Janus Guevus de Cacao) y el Quebrantaductos (Tekmolis Bárbarus).

Su historia es similar, son aves de rapiña del desierto alto y plano del estado, uno creció en la tradición familiar de hacer su guarida en los vagones de la zona cero del desierto y el otro encontró en el quebradero de ductos nutritivas fuentes de supervivencia y resguardo.

Las aves de rapiña o rapaces, son las que se alimentan de lo cazado por otros animales, en latín la palabra “rapiña” deriva de rapina, que puede traducirse como robo o pillaje, el verbo “rapere” significa arrebatar y el sufijo “ina” se emplea para indicar cualidad o acción. Por tanto, un ave de rapiña, es aquel plumífero que vive para robar a arrebatar.

Hoy ambas especies protagonizan una fábula con múltiples repercusiones...

Los avechuchos en cuestión, retozaban felices y con la brújula enloquecida dándose vida de dueños del territorio.

Establecían una dupla desvergonzada y mediante sucios trucos asolaban la zona.

Todo iba bien en esta aventura silvestre hasta que el Buitre Cedralense, azuzado por su fórmula, se avorazó sobre un gran oso pardo a quien pensó muerto y que solo estaba hibernando, el oso reaccionó con violencia, con una pata le impidió volar y de varios zarpazos lo hirió de gravedad, dejándolo en inminente peligro de extinción.

El Quebrantaductos puso de inmediato a sus barbas a remojar en el lodo donde se veía vanidoso y aleteó desesperado por ver a su compinche y discípulo alado en situación comprometida. Al buscar escapar se encandiló con un pedazo de vidrio que potente como lámpara de led le deslumbró, pero que terminó cortándole un ala.

Maltrechos y lastimados finalmente lograron escabullirse, perdieron plumas y sobre todo la seguridad de seguir clavando el pico a sus anchas.

Sus mejores tiempos se esfumaron en su vanidad y voracidad, sus largas colas hoy les impiden sobrevolar con suficiencia y están en la lista de presas mejor valoradas por los cazadores de la región.

Moraleja: Si te dedicas a arrebatar, un día se te van a atorar las garras.



RECADERO

* Sí ven al Rector de la U.A.S.L.P. Manuel Fermín Villar Rubio buscando por el rumbo de Damián Carmona vidrios polarizados para su vehículo, no crean que está afectado por el sol desatado en esta primavera, no, solo se está poniendo a tono con su gestión, opaca, gris y desapercibida... Para ejemplo un botón, su último informe pasó de noche, al grado que terminó robando la atención su antecesor, aunque sea por líos de lámparas... ¡Ilumínenlo!

* Si localizan a la diputada local Rebeca Terán por los rumbos de Reforma en la Ciudad de México, no crean que anda turisteando, cuentan los maledicentes que está frenética por otro punto de acuerdo en el Senado, pero esta vez no para acribillar fedatarios locales, no, sino por uno que promueven los panistas y perredistas en su contra para que explique su tráfico de influencias en el tema de los invernaderos de Xilitla... ¡¡¡Sin duda su caso está café!!

*Si se encuentran al legislador potosino Mariano Niño enfundado en manopla beisbolera, no se debe a su vieja afición por el Rey de los Deportes, no, más bien anda disimulando que tiene las palmas hinchadas por los porrazos que recibió de su familia por desatar sospechas de meter la mano donde no debía... ¡¡¡Ah que Mariano, lo poncharon con casa llena!!!