El gobernador Juan Manuel Carreras salió a dar una rueda de prensa para anunciar medidas de austeridad y apoyo a la economía familiar. Habrá diversas acciones, entre las que destacan descuentos en impuestos, reducción de sueldos de 11 por ciento a funcionarios de primer nivel y contención de gasto, sin embargo destacó sobremanera la imagen del mandatario.

Si lo ceremonioso de la rueda de prensa para anunciar la caída de Ford justificaba el negativo semblante, ahora, cuando el Ejecutivo ha decidido tomar medidas que como quiera que sea, generarán ahorros y significan un manejo de recursos más responsable ante la situación del país, no es de entender la falta de seguridad que emana el gobernador.

Se observa un gobernador presionado, “derretido”, resignado, con cierto hartazgo con respecto a situaciones muy específicas que hacen que su semblante no sea el de un gobernador confiado, ni de alguien que tiene plena seguridad de que las determinaciones que está tomando sean las correctas.

Da la impresión de que sus asesores realmente no le están ayudando, parece no tener gente de confianza que le ayude en situaciones tan básicas como una buena organización al momento de dar diversos anuncios.

No tardaron las reacciones en redes sociales ante el anuncio. La mayor crítica fue a la disminución de 11 por ciento en el sueldo de funcionarios. Como ocurrió el día de Ford, los anuncios del gobernador no han tenido la fortaleza que se esperaría y no cumplen con la expectativa de la gente.

Su cara lo dice todo. Su lenguaje corporal, su forma de posicionarse frente a los medios, su discurso falto de emotividad, se conjugan para que los anuncios del gobernador estén lejos de la expectativa.

Si algo se le puede sumar solo hace falta ver a sus acompañantes, el secretario general Alejandro Leal Tovías y el titular de Comunicaciones y Transportes, Ramiro Robledo, quienes poco aportaron a la confianza del mandatario durante su anuncio.