Jueves, 25 de Abril de 2024
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Opinión

La muerte no es el final, sino el inicio

Por Héctor de Luna Espinosa

Tuve el privilegio de asistir a una reunión junto con un grupo de personas en un centro de salud de la ciudad, el grupo estaba formado por personas de diferentes edades, predominando la tercera edad, tal vez no era muy numeroso pero lo que sí resaltaba es que era muy entusiasta, el tema principal fue la tanatología.

Estudiando acerca de la tanatología encontré que esta palabra proviene del griego "Tanatos", que significa separación o desprendimiento, y de la palabra "Logos", que se traduce como tratado o estudio, otra definición más concreta de tanatología la refiere como el estudio de la vida que incluye la muerte, y el objetivo de la tanatología es proporcionar ayuda profesional al paciente con una enfermedad en etapa terminal, así como a sus familias, o a una persona que esté viviendo algún tipo de perdida, Pablo el apóstol también decía que para él "Vivir era Cristo, pero el morir era ganancia", y es que debemos entender que no es el final, sino que puede ser el inicio de algo mejor, tal como Pablo lo veía.

Los participantes en dicha reunión coincidimos en que todos hemos enfrentado diferentes problemas y situaciones duras, de diferente manera habíamos encarado la muerte al perder un ser querido o al padecer una enfermedad, o incluso en situaciones de inseguridad que a veces hemos enfrentado, algún accidente tal vez, lo que nos había obligado a hacer un alto y voltear a Dios al estar tan cerca de la muerte.

La Biblia nos habla mucho sobre la muerte, y esta muerte no tiene nada que ver con esa mujer que la dibujan vestida de negro y con cara de calavera, Dios mismo nos habla de ello en el primer libro de la Biblia; en Génesis 2, versículo 16 y 17 que dice: "Y mandó Dios al hombre diciendo: 'De todo árbol del huerto podrás comer, más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comieres morirás".

Si seguimos leyendo la historia Bíblica encontramos que Adán y Eva desobedecieron comiendo de ese árbol y ellos no murieron de inmediato, pero al pasar los años sí murieron, lo que ingresó de inmediato a nuestro mundo fue la muerte espiritual, y ellos quedaron excluidos de la presencia de Dios, por consiguiente toda la raza humana, es por eso que el ser humano nace con una sentencia de muerte sobre sí, sin embargo Dios nos ofrece una solución a través de su hijo Jesucristo, y eso es de lo que quiero hablarte.

Y es que, desde que llegamos a este mundo debemos saber que partiremos, pero el ser humano se aferra a la vida y lucha por vivir, algunas personas dicen; ¨Pues yo no creo en Dios, ni necesito salvación, ni creo en otra vida después de esta vida¨, además dicen ellos; ¨¿Quién se murió y se volvió del más allá para decirme que hay un más allá? ¨.

Pues quiero decirte que Jesús sí murió y resucitó y él mismo nos enseñó que existe la eternidad para el alma de cada persona y lo que decidas aquí en esta vida va a determinar donde deseas pasar la eternidad, si es alejado eternamente de Dios, o si eliges bien vas a vivir siempre en su presencia.

Cuando Jesús estaba siendo crucificado junto con dos malhechores, uno de ellos le injuriaba diciendo; "Tú eres el Cristo sálvate a ti mismo y a nosotros" y entonces el otro le reprende y dice; ¨Ni aún temes a tu Dios estando en la misma condenación?, nosotros a la verdad justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos, mas éste ningún mal hizo, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino" y entonces Jesús le dijo; ¨De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso¨. El malhechor que hacía injurias a Jesús, recibió su merecido después de la muerte, pero el otro el que clamó a Jesús, recibió la promesa hecha por él y al morir pudo disfrutar del paraíso, porque Jesús se lo prometió.

Quiero decirte que Jesús es el único que puede darte acceso para llevarte al paraíso, varios pasajes confirman esto, en Juan 14:6 Jesús dijo; ¨Yo soy el camino y la verdad y la vida, nadie viene al padre sino por mí", Juan 6:47 "De cierto os digo: 'El que cree en mí dice Jesús, tiene vida eterna", Juan 15:25 "Le dijo Jesús 'Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mi aunque esté muerto vivirá y todo aquel que vive y que cree en mí no morirá eternamente".

¿Pero quién merece la vida eterna? Pues siendo sinceros, nadie, pero Jesús quien nunca pecó por nosotros se hizo pecado y tomó el lugar que a ti y a mí nos correspondía ocupar en esa cruz, a causa de nuestra maldad, y fue tanto el amor de Dios por nosotros que sacrificó a su hijo para que muriera en nuestro lugar, y así nosotros al recibirlo como nuestro señor y salvador podamos tener la vida eterna que él nos ofrece.

Entonces no hay porqué temer a la muerte, porque tenemos asegurada la vida eterna después de que moramos en esta tierra, la Biblia dice: "Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda, más tenga vida eterna".

De esta manera, querido lector, te invito a orar; Jesús, reconocemos nuestras faltas y nuestras necesidades de ser salvados, por eso hoy rendimos nuestras vidas a ti, acudimos a ti, te pedimos que seas nuestro señor y nuestro salvador, gracias por darnos tu entrada al cielo, gracias porque sabemos que si estamos en Cristo podemos disfrutar del paraíso y estaremos preparados para la muerte en esta vida y pasar a la vida eterna, gracias Jesús.

Amén.


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