Semana del 23 de Marzo al 29 de Marzo de 2018

El Ajedrez Gallardista

El Ajedrez Gallardista

Ayax Idomeneo

Seguramente no saben jugar ajedrez, pero lo que sí saben jugar es a las vencidas. Últimamente no hay nadie en esta ciudad, bueno en el estado, es más en gran parte del sistema político, que quiera aventarse a jugar a las vencidas con ellos en este momento. Es que siguen pensando que Los Gallardo más vale tenerlos cerca porque representarán miles de votos seguros, aunque después del día D sean sujetos prescindibles, bueno así creen los ingenuos. Ellos piensan y actúan de otra forma: pueden tacharlos de muchas cosas, menos de pendejos.

Lo cierto es que todos los días nos sorprende la gran capacidad que tienen para el amague, el acicate, el kenko o coscorrón o agandalle; el PRD en San Luis Potosí es como una sucursal de “Los Pollos Hermanos”, mítico negocio de Gus Fring de la serie Breaking Bad donde atendía públicamente en forma por demás decente, siempre respetando la receta original como la de Kentucky Fried Chicken, pero en el fondo, no era más que la fachada del lugar donde se hacían negocios: limpios o sucios.

Los Gallardo se han convertido en una mítica estirpe de talento política, gracias –en gran parte- por la nula y absoluta falta de testosterona de muchos políticos, empezando por el gobernador del estado.

¡Con qué facilidad hacen cambios¡, nos tienen hechos unos pendejos exclamando: ...¡no mames guëy¡. Ellos juegan su propio tochito, su reta en el Tangamanga donde el hijo puede ser portero, luego delantero, la esposa masajista luego media creativa, la hermana porrista luego defensa central y el papá casi siempre DT, pero le gusta jugar los últimos 5 minutos para meter el gol definitivo y todos se rindan a su estoico heroísmo.

No juegan ajedrez, pero seguramente papá Gallardo, lo que le falta de talento para este juego, le sobra más de cerebro, huevos y olfateador de oportunidades.

¿De verdad no les dará un ápice de pena, un pinchazo de prueba de glucosa a Barrales o al niño Anaya?, los tienen hechos unos pendejazos un día sí y el otro también. ¿El pelón del Imperio Texano que comanda las huestes perredistas más bien gallardistas - de forma políticamente correcta aceptada por el CEEPAC-, no le dará un poco de pena servir de lustrador de zapatos para su brillante ex cabellera?

No, no les da desde luego. Se ha inaugurado una nueva dinastía política, una nueva forma de hacer cosas basadas en el poder del garrote o el chingazo; los potosinos somos muy acomodaticios y temerosos: le damos la piedra de la travesura al amigo, para que él se aviente el rollo de romper el vidrio que nos correspondía esta vez.

Los Gallardo son, porque los hemos dejado ser, son la parte alta de la cadena alimenticia que se ha ido nutriendo de la debilidad sistémica del estado, de la necesidad y abandono de las clases populares, de la burla de los políticos mediocres. Son además gente común, sus genes son populares, conocen la pobreza, sus caras reflejan también haber vivido necesidad y abandono, por eso saben cómo lucrar con ella.

En el ajedrez gallardista ellos siempre están en movimiento de jaque.

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