El pasado 4 de octubre cumplió años la más mexicana de las españolas, y la más española de las mexicanas, me refiero a la que, por parte de sus amigos era conocida como Marieta, cuyo nombre original era María de los Ángeles de las Eras Ortiz, una española que logró conquistar a todo México, me refiero a Rocío Durcal.

El inicio de su carrera es muy interesante, sus primeros pasos fueron en los concursos musicales locales madrileños, televisión española dentro del régimen Franquista que tenían bien controlado lo que se transmitía y permitían que voces externaran sus dotes artísticos.

Esta jovencita nacida en 1944 empieza a despertar como niña y en 1962 pisa por primera vez América en Estados Unidos, en el programa musical The Ed Sullivan Show, un escaparate para figuras como Los Beatles. Llega a México y en 1966 con 21 años esta bella madrileña hace mancuerna con Enrique Guzmán, su primer compañero de la fama en México, grabando la famosa canción “Acompáñame” y con ese dote de niña bonita dentro de la catarsis de rock and roll en México esta canción, una balada romántica pega y graba también “Amor en el aire”, otro éxito de esas épocas más bonita que ninguna, era un twist más movido que la consagra en México.

Esa etiqueta dura desde 1966 sin dejar de ser una figura bonita, voz bonita, la niña simpática Rocío Durcal en México, pero donde cambia su vida dando un completo giro es cuando en 1977 conoce a un jovencito que no tenía más de 6 años de carrera, cuando Rocío ya tenía casi 15; Gilberto Aguilera Valadez, quien salió en 1971 con su disco no tengo dinero y en 1977 se conocen Rocío Durcal y Juan Gabriel, quien le permite grabar muchas de sus canciones, éxitos rancheros que hicieron que Rocío Durcal se consagrara como la más española de las rancheras, y le entrega en su propia mano canciones como “Fue un placer conocerte”, “Tarde”, “Déjame vivir”, muchas canciones que hicieron que Rocío Durcal y Juan Gabriel trabajaran en más de 10 discos y a partir de ese momento no podemos dejar de hablar de la gran Rocío Durcal en nuestro país.

La canción “Déjame vivir” es una joya de producción ochentera tan sencilla que es identificable, porque no son más que él y ella cantando en una casa, una pelea familiar, cuya letra no deja de ser a la fecha parte importante de la bohemia de cualquier canción que se jacten de cantar de una mujer y un hombre.

La trascendencia de Rocío Durcal es que no se necesita ser mexicano para cantar la música ranchera, siempre y cuando la sientas como tuya, porque luego hay muchos que se quieren pasar de listos y cantar música mexicana y no les queda, Rocío Durcal quitó ese paradigma, cantó la música ranchera con el acento más español que hemos escuchado, pero a final de cuentas logró conquistar a toda una nación porque lo hizo de corazón y eso vale más que todo.