Fuente: https://www.elsoldemexico.com.mx/analisis/fuera-de-agenda-saqueo-en-la-gendarmeria-4073542.html

En días pasados circuló un documento que pudo ser verificado con distintas fuentes donde un grupo de agentes de la división de Gendarmería de la Policía Federal, denunciaron una serie de irregularidades que contradicen el discurso presidencial de austeridad y combate a la corrupción.

El escrito señala al titular de la dirección general de Operaciones Estratégicas y Unidades Especiales, el comisario José Agustín Llamas García, quien ha aprovechado el caos que se vive al interior de la Policía Federal para beneficio personal.

De acuerdo a los denunciantes, que se presentan como “personal de escala básica” que se han visto perjudicados por la eliminación del llamado bono de operatividad (que era una compensación ecónomica para todo el personal desplegado en el interior del país), la empresa Apache estaría dando cada mes 200 mil pesos al comisario Llamas por permitir facturar medicamentos y vitaminas obsoletos para la unidad de caballería que depende de la dirección a su cargo.

El monto de las facturas que ascenderian a poco más de dos millones de pesos mensuales por medicamentos para un reducido grupo de caballos, seria una cantidad “inflada”, ya que los denunciantes aseguran que son muy pocos equinos lo que existen en esa unidad que se localiza en Acolman, Estado de México.

El escrito dirigido al presidente Andrés Manuel López Obrador, al secretario de Seguridad y Protección Ciudadana Alfonso Durazo Montaño y al comandante de la Guardia Nacional, el general Luis Rodríguez Bucio, señala a la suboficial María Gabriela Ángeles Rodríguez, persona de todas las confianzas del comisario Llamas, como la encargada de “maquillar” los gastos que cobra la empresa. En esta treta que denuncian, quien daría el visto bueno para “inflar” el volumen de medicinas sería el veterinario Víctor Chávez Rosales quien ostenta el grado de policía tercero.

Los quejosos hacen eco de los comentarios que se escuchan en esta unidad que depende de la Gendarmeria. Hablan de que se estaría pensando “provocar un incendio” por corto circuito, que se haría pasar como accidental en el área de archivo. El objetivo sería “desaparecer todas las pruebas que los comprometen”.

Lo que sucede en la Gendarmería vuelve a poner de relieve la incapacidad de los mandos militares para gestionar el capital con el que aun cuenta la Policía Federal. En el entorno del general Rodríguez Bucio se dice que a marchas forzadas han comenzado a operar las unidades militares que se habilitaron como tropas de la Guardia Nacional. Su subordinado el teniente coronel Jose Sigfrido Valencia Rodríguez, comisionado general interino de la Policía Federal, ha mostrado poco interés en hacer valer su experiencia como analista de inteligencia para rescatar lo más útil con lo que cuenta la Gendarmería para la Guardia Nacional.

Los agentes quejosos piden que ambos mandos militares revisen el uso que se le da a los autos oficiales a cargo del comisario Llamas, que los utiliza para beneficio personal. También que revisen la línea de mando en la Gendarmería, donde la experiencia que tiene el teniente coronel Valencia para allegarse de información encriptada, podría ser de utilidad para descubrir irregularidades.

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