El pasado 30 de noviembre celebramos el cumpleaños de una mujer nacida en Camargo, Chihuahua, en 1936, referente de la música ranchera, y cuyo nombre original era Luz Elena Ruiz Bejarano, mejor conocida como la “grandota de Camargo”, Lucha Villa.

Inicio su carrera como una jovencita, la vimos en su época cinematográfica, en los grandes palenques, en los grandes escenarios, una mujer de rasgos físicos imponentes, muy fuertes con su feminidad, pero maravillosos en su belleza. Empezó como modelo, y al descubrirse ese poder nato de la voz, es que se logró encontrar u característica musical.

Su primer éxito, a principios de los años 60s cuando se va a la Ciudad de México a tocar las puertas de la XEW, conoce a todas aquellas grandes luminarias que se encontraban ahí, cuando en la música ranchera teníamos nombres ya consagrados como José Alfredo Jiménez o Miguel Aceves Mejía, y de las mujeres Lola Beltrán. Conoce al gran José Ángel Espinosa “Ferrusquilla” y es como la conecta con José Alfredo Jiménez y es donde nace una leyenda, que José Alfredo Jiménez le escribe a ella “La Media Vuelta”, que fue su primer éxito.

Su poderosa voz le permitió meterse en el gusto del público y se consagra con una canción que para muchos es la que la catapulta en lo máximo del estrellato “A Medias de la Noche”. Es precisamente por su poderosa voz que se le permitió interpretar una de las películas más clásicas del cine mexicano, en 1964 y con una historia de Juan Rulfo, escrita por Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, “El Gallo de Oro”, junto a Ignacio López Tarso, donde consigue su primera Diosa de Plata y el recuerdo, su papel como “La Caponera” y su canción son inolvidables.

El cine fue parte de su trayectoria, sus papeles inolvidables en las películas actuadas junto a Manolo Fábregas “Lagunilla, mi barrio” y su secuela son épicas, y no sólo por su papel de “doña Lancha”, sino por los actores con los que alterna, lo que le valió otra Diosa de Plata.

A Lucha Villa le pasa algo similar que a la carrera de Rocío Durcal, quien tenía su fama en España, pero se estancó en cierto momento hasta que llega a México y conoce a un jovencito que en 1971 había volcado la música de México, y a Lucha Villa también le ocurre algo similar, y no es que no fueran famosas, sino que los gustos musicales, las modas de finales de los 70s, la aparición de otras voces juveniles hacen que el gusto por la música ranchera se frenara un poco, pero también conoce ella, profesionalmente, en 1984 al que estaba en la cúspide de su fama, el gran Juan Gabriel quien le escribe canciones especialmente para ella y hacen la producción llamada “Lucha Villa interpreta a Juan Gabriel”, una de las producciones discográficas más famosas de la música ranchera, en donde cantó aquello de “Ya no me interesas”, o la canción de “No Discutamos” que es un clásico en voz de Lucha Villa, “Resulta”, “Eres Divina”. Otro clásico en voz de Lucha Villa fue “Tú a mí no me hundes”, y es así como entramos a la década de los 90s cuando vuelve a trabajar Lucha Villa con Juan Gabriel, Lola Beltrán y “la Prieta Linda”.

Como todos sabemos, a final de cuenta la vanidad del ser humano es parte de nuestra naturaleza y Lucha Villa se realiza una mala liposucción que la ha tenido postrada en su casa, en la capital potosina, lo cual la tiene retirada completamente de los escenarios.

Finalmente, recordamos una canción que todos cantamos, pero como Lucha Villa absolutamente nadie “Amanecí otra vez entre tus brazos”, escrita por José Alfredo Jiménez. Y es así como hago este pequeño homenaje a la “grandota de Camargo”, la gran Lucha Villa.